miércoles, 1 de enero de 2014

Perdiendo el control.



No puedo controlar el clima; no puedo controlar los caminos mal hechos, no puedo controlar a los animales, no puedo controlar las miradas de la gente al subirme al camión todos los días, no puedo controlar la varicela de mis monjes, no puedo controlar como les rapan el pelo a mis niñas del orfanato, no puedo controlar si duermo con 8 niñas los horarios de regadera, no puedo controlar a los camiones, no puedo controlar lo que voy a comer o no comer aquí, no puedo controlar mi suerte y no puedo controlar como piensan o sienten otras personas.

Hoy mi intuición es lo que me lleva por el camino. Me gusta pensar que mis instintos son más importantes que mi capacidad de análisis. Que puedo respirar profundo y superar cualquier circunstancia que se presente. Que mis reacciones dependen de mí y de nadie más. Me siento más aliviada, más liviana. Después de todo ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué me muera? Creo que la muerte esta subestimada y hay cosas aún peores como vivir agobiado. Viniendo de una persona altamente agobiada en el pasado y con muy bajo índice de tolerancia a la frustración créanme que soy un caso milagroso. Si esto me hubiera pasado hace dos años probablemente ya estaría en el hospital psiquiátrico de Ambalangoda. Aquí he aprendido que nada es tan grave si no lo queremos así; y que a veces lo peor del mundo sólo esta en nuestra cabeza.

Aprendamos a dejarnos llevar y a fluir. No hay nada más importante que lo que tenemos enfrente en este momento. Somos todo y nada pero no somos dueños de nadie, somos parte de algo mucho más grande. La felicidad esta adentro ¿por qué buscarla afuera?


¡Feliz año! Empiécenlo con el pie que quieran. J


miércoles, 25 de diciembre de 2013

Para valorar



Cuando vemos el panorama completo, ahí es cuando de verdad aprendemos a valorar. Hoy les puedo decir que lo que más importa en esta vida es el amor. El amor que le das a otros, el amor que te das a ti mismo, el amor que le pones a tus palabras y a tus acciones, el amor que le das a las cosas y tener ojos de amor ante la vida. 
No hay más; amor es todo lo que necesitamos y todo lo que tenemos.

Les comparto algunas de las cosas que, en este viaje y en esta vida, he
aprendido a valorar.

·      El aire que respiras
·      La familia
·      Las palabras
·      El agua
·      El sol
·      Mi gente
·      La seguridad
·      Una cama propia
·      Una buena historia
·      La calidez de una persona
·      La higiene personal
·      La buena comida
·      La comida de mi abuela
·      Los pies
·      Las manos
·      Una casa
·      Los cubiertos
·      Mis sobrinos
·      Mis sobrinos, otra vez.
·      Una llamada
·      Un ABRAZO
·      Un libro
·      Un rato a solas
·      La mente
·      Un beso
·      La sencillez
·      México
·      Tu música
·      La paz mental
·      La calma
·      La sonrisa de un extraño
·      Un cumplido
·      Una carcajada
·      Una noche completa de sueño
·      Las quesadillas
·      Mi idioma
·      El silencio
·      Una mochila
·      El apoyo de otros
·      La vida
·      El amor incondicional
·      Al amor de mi vida <3.


Valoremos más y juzguemos menos. Hagan su lista, seguramente será infinita.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Acuérdate

No te olvides que este viaje es de todo y es para todo.
Toda la fuerza que tienes hoy dentro es para enfrentarlo, y todo el sufrimiento acumulado hasta hoy hay que superarlo.
Recuerda que esto es a lo que te apuntaste y que viene con todo incluido.
Vienen tiempos nuevos, no son ni buenos siempre, ni malos siempre.
Vienen tormentas de sol y de lluvia.
No te puede pasar nada que no puedas aguantar.
Recuerda que pase lo que pase, todo va a estar bien.
Recuerda que ya eres un héroe por el simple hecho de pensar como piensas, soñar como sueñas, actuar como actúas y sobre todo por ser tan fiel a lo que crees.
Recuerda que el mundo es de los valientes y para lograrlo viene siempre un reto tras otro y luego otro nuevo.
Aguanta, no es el principio, pero tampoco es el final.

Disfruta el camino, es todo lo que tienes.

(Escrito desde una litera, con un ventilador empolvado, usando una linterna y acompañada de una comunidad de hormigas, en un colchón de 10 cm de grosor) ;)




viernes, 6 de diciembre de 2013

3 palabras

Ayubowan. Stutti. Lassanai.
Hasta ahí llega mi vocabulario sinhala.

Ayubowan fue la primera palabra que nos enseñaron en Sri Lanka; es un saludo con las manos unidas y la cabeza inclinada, donde le deseas a la persona una vida larga y feliz. A todos lados donde vayas lo primero que haces al ver a un amigo, conocido o extraño es ofrecerle esta simple palabra que engloba lo mejor que hay en ti para compartirlo con alguien más. Es parte de la cultura de este país, de su religión o simplemente de su sencillez, que un saludo simbolice un sentimiento positivo y que ese amor que dan, al inclinar la cabeza y cerrar los ojos, al ver a un extraño, es el mismo amor que reciben a cambio. Decir “ayubowan” aquí es regar amor y buenas vibras por todas partes, todo el día, todos los días.

Stutti significa gracias. Es fácil de memorizar y muy utilizable, en especial si estas en un país donde toda ayuda es más que agradecida. Lo digo muy seguido; en el camión, en la calle, en los restaurantes, con las niñas del orfanato cuando me regalan flores, y a veces cuando simplemente tengo un buen día lo dedico hacia arriba. Si diéramos más seguido las gracias, si demostráramos cuanto apreciamos lo que otros hacen por nosotros, si viéramos la generosidad en el otro, nos daríamos cuenta lo infinitamente bendecidos que somos. Si aprendiéramos a decir gracias en vez de exigir, si entendiéramos cuando alguien más sacrifica su tiempo y sus fuerzas por nosotros, si viéramos todo lo que hay fuera de nosotros que a veces pasamos por alto, solo así podríamos entender lo importante que es dar las gracias; a quién sea que nos ayude.

Lassanai es mi favorita; significa hermoso o hermosa. Muchas veces nos vemos en el espejo y nos llenamos de prejuicios, vemos en el reflejo una parte de nosotros a medias, oscura, defectuosa. Me pongo a pensar cuantas veces me he juzgado por todo lo que no soy y quisiera ser; por todas las veces que me he tratado mal con palabras y acciones, y me pongo a pensar cuando llegué aquí, a mi primer día en el orfanato de 40 niñas de 9 a 18 años y en que la primera palabra que dijeron cuando me vieron fue “lassanai” “very beautiful”. Veían mi cara, tocaban mi pelo y mis cachetes y sonreían casi incrédulas de lo que estaban viendo. Yo solo pensaba “pues que carajos, nunca habían visto a una mexicana”. No me la creía. Cuando intenté regresarles el cumplido se rieron, mostrando su cara, su pelo mal cortado, su ropa vieja y sus rodillas sucias y negando con la cabeza se señalaban a ellas mismas diciendo “no lassanai” “you lassanai”.  Que ironía los conceptos de belleza que tenemos. Yo cuando las vi a ellas pensé que eran la raza más hermosa que he visto en mi vida. La belleza es tan subjetiva que aquel que la llegué a entender no podrá jamás explicarlo. Ser hermoso va mucho más allá de un lunar o un cabello. La belleza engloba lo que sale de tu más profundo interior, eso es lo que puede ser verdaderamente hermoso. Así que cada día hago dos cosas igual de importantes; voy al orfanato y paso el tiempo diciéndoles lo hermosas que son, y si se ríen y no se la creen , se los vuelvo a decir una y otra vez hasta que se rinden y me dan las gracias. Y lo otro que hago diario es verme al espejo y decirme lo hermosa que soy, de adentro hacia fuera, y cuando me río de mi misma, lo repito dos veces para convencerme, igual que a mis niñas.

A punto de cumplir mi tercera semana aquí, no necesito mucho más que estas tres palabras para comunicarme. Creo que a veces nos vendría bien que fueran las únicas palabras que pronunciaramos.


Les deseo una feliz y larga vida, les doy las gracias por su generosidad y les recuerdo lo hermosos y hermosas que son.